El supermercado puede ser uno de los mayores responsables de que tu sueldo se evapore. Y lo peor es que muchas veces no te das ni cuenta. Vas por “un par de cosas” y terminas con el carro lleno y la cuenta por las nubes. Pero no te preocupes, con algunos trucos simples y bien aplicados, puedes ahorrar una buena cantidad de dinero cada vez que haces tus compras.
En este artículo te voy a compartir una serie de consejos prácticos, realistas y fáciles de aplicar para que tu paso por el supermercado no termine siendo un asalto a tu billetera. ¡Toma nota y empieza a ahorrar desde la próxima visita!
1. Haz una lista antes de salir de casa
Puede sonar repetitivo, pero es el paso más importante. Ir al supermercado sin una lista es como entrar a una jungla sin mapa. Anota lo que realmente necesitas y apégate a eso. La lista debe estar basada en lo que ya tienes en casa, lo que falta, y lo que realmente vas a usar.
Un buen truco es organizarla por secciones: frutas, verduras, carne, lácteos, etc. Así evitas dar vueltas innecesarias y pasar más tiempo frente a productos tentadores.
2. Nunca vayas con hambre
Este consejo es clásico, pero 100% real. Cuando tienes hambre, todo se ve delicioso, necesario y urgente. Eso hace que compres más de lo que necesitas, sobre todo snacks, dulces o cosas que no estaban en tu lista.
Come algo antes de ir al supermercado, aunque sea una colación. Así estarás más enfocado en lo importante y no caerás en compras impulsivas.
3. Compra productos de temporada
Las frutas y verduras de temporada son mucho más baratas y frescas. Si compras fuera de temporada, pagarás más y la calidad puede ser menor. Infórmate sobre qué productos están en temporada en tu zona y aprovéchalos al máximo.
También puedes comprar en ferias o mercados locales, donde los precios suelen ser mejores que en supermercados grandes.
4. Revisa las ofertas, pero no te dejes engañar
No todo lo que dice “oferta” o “descuento” realmente vale la pena. Muchas veces inflan los precios base y luego aplican un supuesto descuento. Compara precios, fíjate en el valor por kilo o litro y revisa si realmente estás ahorrando.
También evita comprar cosas solo porque están en promoción si no las necesitas o si sabes que no las vas a usar. Comprar 3 por 2 no sirve si uno se va a vencer en tu despensa.
5. Usa aplicaciones de ahorro y comparación de precios
Hoy existen apps que te ayudan a comparar precios entre supermercados, ver promociones vigentes y hasta acumular puntos o cashback. Algunas muy útiles incluyen:
- Precios Claros (en países como Argentina)
- Ofertia
- Club Ahorro
- Apps propias de los supermercados
Con solo 10 minutos antes de salir puedes ahorrarte varios miles de pesos.
6. Compra marcas propias o alternativas
Los productos de marca propia (los que fabrica el mismo supermercado) suelen ser igual de buenos que los de marcas conocidas, pero más baratos. En muchos casos están hechos por las mismas fábricas. Prueba y compara. Si la calidad es similar, ¿por qué pagar más?
También puedes explorar marcas menos conocidas o de origen local. A veces ofrecen mejor relación calidad-precio que las marcas más populares.
7. Evita comprar por unidad lo que puedes comprar por mayor
Siempre que sea posible y tengas dónde almacenarlo, compra al por mayor. Los productos no perecibles como arroz, azúcar, legumbres, papel higiénico o productos de limpieza suelen salir mucho más baratos cuando compras grandes cantidades.
Haz la cuenta por unidad, kilo o litro y verás la diferencia. Solo asegúrate de que no se te vaya a vencer o que no lo desperdicies por falta de uso.
8. Paga en efectivo o con un monto fijo en tarjeta
Si llevas efectivo o decides un monto máximo para gastar con tu tarjeta, es más fácil mantenerte dentro de tu presupuesto. Si solo pagas con débito o crédito sin límites, es fácil perder el control.
Fija un tope antes de entrar y mantente firme. Puedes ayudarte llevando una calculadora (o usar el celular) para ir sumando a medida que agregas productos al carro.
9. Compra solo una vez por semana
Ir al supermercado muchas veces en la semana hace que gastes más. Aunque vayas por “una cosa”, siempre terminas trayendo tres o cuatro. Organiza tus comidas y necesidades para hacer una compra semanal completa.
Eso también te ayuda a evitar desperdicios, ya que planificas mejor lo que vas a consumir durante la semana.
10. Fíjate en la ubicación de los productos
Los supermercados colocan los productos más caros a la altura de los ojos. Los más baratos suelen estar en los estantes inferiores o superiores. También ubican productos tentadores cerca de las cajas (golosinas, snacks, etc.).
Mira con atención, compara opciones y no te dejes manipular por la estrategia visual de las tiendas.
11. Revisa tu despensa antes de salir
Antes de hacer la lista, revisa qué tienes en casa. Muchas veces compramos cosas que ya teníamos: arroz, azúcar, sal, aceite, etc. Eso hace que gastes de más y acumules innecesariamente.
Haz una pequeña auditoría semanal de tu despensa y refrigerador. Ordenar lo que ya tienes también ayuda a que no se venza nada ni se desperdicie comida.
12. Aprovecha los programas de puntos o fidelización
Muchos supermercados tienen tarjetas de puntos o programas de fidelización que permiten acumular beneficios, descuentos o incluso cupones. Úsalos siempre que no te obliguen a gastar de más. Acumular puntos por cosas que realmente necesitas puede darte descuentos interesantes a futuro.
Si vas siempre al mismo lugar, tener una tarjeta de cliente frecuente puede jugar a tu favor.
13. Evita productos preparados o precortados
Los productos listos para consumir, como frutas cortadas, ensaladas empaquetadas o comidas listas para calentar, suelen ser mucho más caros. Aunque son convenientes, te están cobrando por el tiempo que te ahorran.
Si puedes hacerlo tú mismo, ahorrarás bastante. Pelar y cortar frutas toma 10 minutos y puede costarte la mitad.
14. Establece un presupuesto para el supermercado
Si tienes claro cuánto puedes gastar en el supermercado cada mes, evitarás muchos excesos. Decide una cantidad y adáptate a ella. Puedes dividir ese presupuesto semanalmente para que sea más fácil controlarlo.
Incluso puedes tener una billetera digital o tarjeta separada solo para las compras del súper. Eso te ayuda a no mezclar gastos y a mantener el orden financiero.
Conclusión
Ahorrar en el supermercado no se trata de dejar de comer bien ni de vivir al límite. Se trata de comprar de forma más consciente, planificada y estratégica. Con estos trucos, puedes reducir tus gastos mensuales sin sacrificar calidad ni variedad.
Empieza con uno o dos cambios, y poco a poco ve sumando más. Lo importante es mantener la constancia. Tu bolsillo (y tu tranquilidad financiera) te lo van a agradecer.